La sandía es un regalo de la naturaleza que hay que aprovechar, ya que a sus amplias propiedades o beneficios para la salud se añade su rico y refrescante sabor para los días de verano.
COLOR Y CAROTENOS
La sandía constituye un alimento rico en carotenos. El principal componente de esta fruta es el licopeno, el colorante que tiñe esta fruta de color rojo o rosado. Éste tiene propiedades muy beneficiosas: previene diversos tipos de cáncer y disminuye el colesterol. Además, una vez ingerido, se transforma en vitamina A: uno de los mejores antioxidantes.
BAJA EN SODIO
Comparada con otras frutas, la sandía contiene mucho menos sodio, por lo que será útil para personas que deben comer alimentos bajos en sal. Es ideal para hipertensos y para personas que necesitan un alimento con propiedades diuréticas: enfermos de artritis, gota, obesidad, diabetes y cálculos.
CICATRIZA HERIDAS
En menor proporción, esta fruta contiene vitamina C que ayuda a la formación del colágeno. Este es ideal para la cicatrización de heridas producidas por traumatismos, cortes, quemaduras y cirugías. Igualmente, resultará adecuada para la formación de nuevos tejidos en distensiones musculares y en huesos y ligamentos rotos.
ALTA EN AZÚCAR
Permite mantener estable los niveles de azúcar en la sangre, lo cual reduce la sensación de hambre al tiempo que evita que comamos otros alimentos menos adecuados.
MUCHA ENERGÍA Y POCO COLESTEROL
Posee cantidades elevadas de vitaminas del grupo B como la piridoxina (B6), cuya función es el aprovechamiento de los hidratos de carbono, grasas y proteínas esenciales para regular el funcionamiento del sistema nervioso. Por otra parte, la vitamina B3 produce energía necesaria y ayuda a mantener los niveles bajos de colesterol.
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