En comida fácil queremos dar una serie de indicaciones dietéticas, dirigidas a las personas que tienen un exceso de colesterol en sangre.
El exceso de colesterol, favorece la formación de depósitos de grasa en las paredes de las arterias. Estos depósitos dificultan el paso de la sangre y son causa de enfermedades circulatorias y del corazón.
La dieta constituye el primer tratamiento que debe seguir toda persona que presenta hipercolesterolemia (nivel de colesterol en sangre superior a 200 mg/dl). Nunca debe iniciarse un tratamiento farmacológico sin antes haber seguido un tratamiento dietético, al menos durante 6 meses. Existen excepciones, como es el caso de pacientes con otras patologías asociadas (por ejemplo una cardiopatía isquémica) o un nivel de colesterol más elevado. En estas situaciones el médico debe valorar qué tipo de tratamiento será más efectivo. En cualquier caso, el tratamiento dietético siempre estará presente en el tratamiento de una hiperlipidemia (niveles elevados en sangre de grasas: colesterol y triglicéridos).
Recomendaciones generales contra el colesterol
Utilizar aceite de oliva para cocinar. En crudo puede utilizarse cualquier tipo de aceite vegetal (oliva, girasol, soja…). Se desaconseja utilizar en la cocina grasas de tipo animal, como la manteca o la mantequilla. Se recomienda la preparación de los alimentos hervidos o a la plancha.
Disminuir o eliminar el consumo de grasas de origen animal (carnes grasas, quesos grasos, embutidos, patés, vísceras, mantequilla, manteca…). Se aconseja no tomar más de tres veces por semana, carnes grasas (cerdo y cordero); no consumir más de dos huevos a la semana, y utilizar leche y derivados lácteos descremados (desgrasados). En dietas muy estrictas los huevos y las carnes grasas se suprimen totalmente de la alimentación.
Consumir como fuente proteica: pescado (blanco y azul), aves y legumbres, en lugar de carne y embutidos. Se recomienda la ingesta de pescado azul (sardinas, salmón, atún, boquerones…), al menos una vez a la semana. El marisco puede tomarse pero con moderación. Evitar productos de pastelería (pasteles, ensaimadas, cruasans, churros, pan de molde, helados…) , porque su elaboración incluye importantes cantidades de grasas. Aumentar el consumo de fibra alimentaria, a partir de ensaladas, verdura , fruta, legumbres y productos integrales.
Evitar comidas preparadas y aperitivos: canalones, croquetas, patatas de churrería… Tomar con moderación, sal, especies, café, infusiones…. , siempre que el médico no indique su total supresión en la dieta. Consultar con el médico, respecto al consumo de bebidas alcohólicas.
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